La Partícula de Higgs y el Destino Cósmico: Por Qué Nuestro Universo Todavía Existe

La Partícula de Higgs y el Destino Cósmico: Por Qué Nuestro Universo Todavía Existe

Nuestro universo ha existido durante 13.7 mil millones de años, pero según investigaciones recientes en física, podría estar en un estado peligrosamente inestable. La fuente de este peligro reside en la inestabilidad de una partícula fundamental llamada bosón de Higgs. Este artículo explica cómo la partícula de Higgs podría afectar potencialmente el destino del universo y por qué nuestro universo todavía existe, basándose en los últimos hallazgos de investigación.

¿Qué es la partícula de Higgs?

La partícula de Higgs, descubierta en 2012, es un tipo de partícula elemental que da masa a todas las demás partículas. Para explicar esto usando un ejemplo cotidiano, la partícula de Higgs interactúa con otras partículas como personas caminando por la nieve, ralentizando su movimiento y, por lo tanto, dándoles masa.

La existencia de la partícula de Higgs nos dice que un campo especial llamado «campo de Higgs» permea todo el universo. Puedes imaginar este campo como una piscina tranquila de agua que abarca todo el universo. Esta «piscina» tiene las mismas propiedades en todo el cosmos, lo que explica por qué podemos observar las mismas leyes de la física en cualquier parte del universo.

La inestabilidad del campo de Higgs

El estado actual del campo de Higgs se cree que es «metastable». La metastabilidad se refiere a un estado que parece estable pero que podría potencialmente transitar a un estado más estable. Un ejemplo relatable sería una taza colocada en el borde de una mesa. La taza no caerá inmediatamente, pero podría caer si es levemente perturbada.

De manera similar, aunque el campo de Higgs parece estable ahora, teóricamente podría transitar a un estado de energía más bajo. Si ocurriese tal transición, alteraría drásticamente las leyes de la física tal como las conocemos.

Este cambio se llama una «transición de fase». Una transición de fase es un fenómeno donde el estado de la materia cambia abruptamente, como cuando el agua se convierte en hielo o vapor. Si una transición de fase ocurriera en el campo de Higgs, crearía «burbujas» en el espacio con leyes físicas completamente diferentes.

Para imaginar estas «burbujas», piensen en las burbujas en el agua hirviendo. Sin embargo, dentro de las burbujas del campo de Higgs, nuestras conocidas leyes de la física ya no se aplicarían. Por ejemplo, la masa de los electrones podría cambiar repentinamente y los átomos podrían volverse inestables. En otras palabras, si ocurriera tal cambio, nuestro mundo potencialmente podría desaparecer en un instante.

La vida útil del universo

Las mediciones recientes de la masa de las partículas en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN sugieren que tal evento es teóricamente posible. Sin embargo, no hay motivo de preocupación. Esto probablemente ocurriría en billones y billones de años a partir de ahora, un lapso de tiempo miles de millones de veces más largo que la edad actual del universo.

Por eso los físicos dicen que el universo es «metastable» en lugar de «inestable». El fin del mundo no es inminente. Es como estar en la cima de una alta montaña. Hay una posibilidad de caer en el valle, pero requeriría una enorme cantidad de energía y es poco probable que ocurra pronto.

Para que el campo de Higgs forme burbujas, se necesita algún desencadenante. Según la mecánica cuántica, la energía del campo de Higgs está fluctuando constantemente, pero estadísticamente, la formación de burbujas es un evento extremadamente raro. Es como las pequeñas ondas que a veces aparecen en la superficie tranquila de un lago.

Sin embargo, en presencia de fuentes externas de energía como campos gravitacionales fuertes o plasma caliente, el campo de Higgs podría más fácilmente tomar prestada esta energía para formar burbujas. Esto es similar a crear grandes ondas lanzando una piedra en un lago.

Estabilidad en el universo temprano

Uno podría preguntarse si las condiciones extremas poco después del nacimiento del universo hicieron que la formación de burbujas en el campo de Higgs fuera más probable. Sin embargo, durante el período cuando el universo estaba extremadamente caliente, se piensa que los efectos térmicos alteraron las propiedades cuánticas del campo de Higgs, estabilizándolo.

Esto es similar a cómo el metal caliente se vuelve más suave y más resistente a la deformación. Como resultado, este calor no desencadenó el fin del universo, razón por la cual todavía existimos hoy.

La influencia de los agujeros negros primordiales

Investigaciones recientes han mostrado que los «agujeros negros primordiales», que podrían haber existido en el universo temprano, podrían potencialmente causar la formación de burbujas en el campo de Higgs. Los agujeros negros primordiales son agujeros negros especiales que se piensa que se formaron a partir del colapso de regiones extremadamente densas del espacio-tiempo poco después del nacimiento del universo.

En la década de 1970, Stephen Hawking demostró que debido a efectos cuánticos, los agujeros negros se evaporan lentamente emitiendo radiación. Esto es similar a cómo los objetos calientes se enfrían. En particular, los agujeros negros primordiales livianos con masas menores a unos pocos cientos de miles de millones de gramos deberían haberse evaporado ya.

Estos agujeros negros primordiales podrían comportarse como impurezas en bebidas carbonatadas, potencialmente ayudando en la formación de burbujas en el campo de Higgs. Así como las impurezas en bebidas carbonatadas sirven como sitios de nucleación para las burbujas, los agujeros negros primordiales podrían convertirse en «semillas» para las burbujas en el campo de Higgs.

A medida que los agujeros negros primordiales se evaporan, calientan localmente el universo, creando puntos calientes que son más cálidos que el universo circundante. Esto es similar a cómo las gotas de agua se evaporan vigorosamente cuando se caen sobre una sartén caliente.

El equipo de investigación, utilizando una combinación de cálculos analíticos y simulaciones numéricas, ha mostrado que la presencia de estos puntos calientes podría potencialmente causar que el campo de Higgs forme burbujas constantemente.

Formación del universo sin (arriba) y con (abajo) agujeros negros primordiales. Esa, CC BY-NC-SA

Conclusión y perspectivas futuras

Sin embargo, todavía existimos. Esto sugiere que la probabilidad de que hayan existido agujeros negros primordiales ligeros es muy baja. De hecho, puede que necesitemos descartar muchos escenarios cosmológicos que predicen su existencia.

No obstante, si se descubre evidencia de agujeros negros primordiales en la radiación antigua o en ondas gravitacionales, sería un desarrollo aún más intrigante. Esto podría sugerir que hay algo que no conocemos aún sobre el campo de Higgs, posiblemente indicando la existencia de nuevas partículas o fuerzas. Sería como descubrir un continente desconocido.

En cualquier caso, está claro que todavía nos esperan muchos descubrimientos sobre el universo tanto a escalas diminutas como gigantescas. La investigación sobre la partícula de Higgs será una clave crucial para entender el destino del universo. Es como descifrar una página en el enorme libro del cosmos. Se espera con gran anticipación el desarrollo de futuras investigaciones.

Imagen destacada: Esta imagen mosaico capturada por la Cámara de Infrarrojo Cercano (NIRCam) del Telescopio Espacial Webb muestra la región de formación estelar de la Nebulosa de la Tarántula abarcando 340 años luz con una nueva luz. Decenas de miles de estrellas jóvenes, previamente ocultas por polvo cósmico, se han revelado por primera vez. Las regiones más activas parecen brillar con estrellas jóvenes masivas de color blanco-azulado. Créditos: NASA, ESA, CSA, STScI, Webb ERO Production Team
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